viernes, 10 de abril de 2020

MAL MOMENTO - Cuento corto.


Este cuento es el inicio de una serie de relatos que abordan las diferentes dificultades de personas comunes que viven trabajando al día en un escenario de recesión económica luego del mega endeudamiento y fuga de capitales de uno de los peores gobiernos de la historia Argentina, ahora en medio de la cuarentena en la ciudad de Buenos Aires, intentando sobrevivir con escasos recursos, y lidiando con situaciones sumamente absurdas resultado de la desinformación, el prejuicio y los desordenes de conducta mas aberrantes que transita una sociedad bombardeada química y psicologicamente, camino a un nuevo orden mundial. 

“MAL MOMENTO”
- Cuento corto realista sobre experiencias distopicas en escenarios de pánico e histeria a días de instalada la cuarentena -




Ayer pensaba que era un mal momento para atragantarse tomando agua y ponerse a toser a lo bobo. Me sucedió alguna ves, y es de lo mas ridículo.

El pánico y la histeria ya se había instalado hacia una semana y hacia dos días que habían decretado el aislamiento social preventivo obligatorio. 

Hoy a la tarde comiendo una galletita de agua de esas que se parten en mil pedazos en la boca y que a veces, uno de esos pedazos se queda pegado en la garganta, me puse a toser, porque una miga dura de la corteza de la misma hizo exactamente eso. 
Entonces comencé a toser fuerte. 

Estaba trasplantando unos jacarandaes chiquitos que crecieron de la nada y sobreviven al ataque voraz de las hormigas. 

Entre en pánico y fue peor, me puse rojo, lagrimeaba y me inundo la desesperación. 

Minutos antes charlaba con la vecina de al lado, una señora de 80 años aproximadamente, que siempre tiene esa mirada tan rara de la gente grande de otras épocas que nunca te entendieron muy bien realmente y no saben que tipo de espécimen sos. 

Ella regaba las plantas de su balcón, y yo les aplicaba insecticida de ajo a las mías. 

 - Hola ¿como le va? - Le dije. 

Su balcón es lindero a mi terraza, y estamos prácticamente pegados. 
Así que me acerque y empezamos a charlar. 
Le conté con qué y para qué rociaba las plantas y que tenia una plaga en una menta, en unos jacarandaes que sobrevivieron al ataque de las hormigas y en unos morrones, que ya se curaron y también sobrevivieron al ataque de las hormigas voraces. Trip me dijeron que se llama esta plaga al parecer. 
Ella me contó que las hormigas también le habían pelado un malvon, pero que hacia rato que no venían mas, y yo le comente que era porque estaba aplicando el insecticida de ajo en el camino que siguen y que ademas les había dejado cascaras de naranjas y de limón hongueado para que abandonaran el nido y se buscaran otro donde mis plantas, nuestras plantas en definitiva, no sufrieran ante sus necesidades alimenticias.  

Se fue, y yo seguí con lo mio, y fue ahí cuando una de esas migas de la galletita, de golpe y sin aviso, se me atoro en el gañote y me causo una picazón fuerte, me lloraban los ojos y tosía sonoramente. 

No me molestaría que llegara una flotilla de médicos con escafandras a tomarme la temperatura o hacerme algún test, en el mejor de los casos solo perdería 5 horas hasta dar negativo, en el peor de los casos me enteraría que tengo un virus que tratar y combatir con urgencia, pero la idea de la invasión física y la perdida de derechos me preocupaba, sobre todo porque sabia que la causa era una galletita, y porque no se hasta que punto podría tolerar un maltrato, o la prepotencia. 

- Señor ¿usted comió una galletita? - 

- Si y también sufro de algunas alergias... – (cara de boludo) 

No apareció ninguna ambulancia mientras miraba con cierta paranoia la cantidad de posibilidades de que me denuncien desde ventanales vecinales alrededor de mi techo. 
Habia tosido fuerte unas cuatro o cinco veces. 
Mierda pensé... en verdad es mal momento para que por nervios se manifieste alguna alergia de las que tengo controladas... 
Bueno, era mal momento para todo eso, y para tener una resfrío también, la gente esta algo rara con esto del SARS. Por suerte el nivel de histeria y pánico no era elevado en mis alrededores.



Hoy se me acabo el agua potable, algo que tenia estipulado que pasaría. 
El tanque de agua del lugar en el que vivo estuvo abandonado por mucho tiempo, y si bien hace poco menos de un año hice unos análisis del agua con reactivos para ver las cantidades de cloro que tenia y el resultado fue cero, no me atrevo a tomar esa agua, mas que nada por los caños viejos que a veces vienen con oxido y vaya uno a saber con cuantas cosas mas. 
Así que acostumbro ir una vez por semana a una canilla que esta a 15 cuadras de mi casa a buscar agua filtrada que transporto en damajuanas y botellas diversas. 
Que privilegio, dirían en algunos lugares, el señorito consigue agua filtrada. La verdad es que podría hacerme un filtro casero pero ademas, y acá esta el punto importante, el otro problema es que la presión del agua, sobre todo en verano que es época de que el barrio llene sus piletas y tengo varias caserones con pileta en la manzana, no es la suficiente para que el tanque se cargue completamente. Este verano tuve que juntar agua en bidones. No era tan privilegiado al final de cuentas, aunque en algunos lugares puedan seguir pensando que si. 

Prepare la mochila con todo tipo de botellas y damajuanas, y estaba nervioso, no quería salir. A todo esto, un amigo me avisaba por wsp que tenia a la policía en la puerta de su casa y en la esquina, y que la policía estaba particularmente empeñada en que los vecinos que se ven desde hace meses todos los días, dejen de hacerlo. Vaya uno a saber en que magias locas crean, porque a mi me parece ridículo desde cualquier punto de vista, pero para ellos pareciera que su nueva función es lograr que gente que hasta ayer estaban compartiendo sus salivas en botellas de birras y teniendo cercanías poco recomendables por especialistas del mundo, hoy no lo hagan más, porque nos ponen en peligro a todos. Bueno, permitanme con el mayor de los respetos dudar de la eficacia del método señores y la lógica sobre la que se sostiene.

Claro que la cuarentena la respetan, quiero aclararlo en defensa de mis amigos, pero siguen encontrándose como todos los días en la misma casa, y yo considero que no habría razón para dejar de hacerlo, como no hay razón para aislarse en cuartos dentro de sus casas con sus familiares y convivientes, sobre todo si no tienen síntomas pero inclusive teniendo en cuenta que en ausencia de síntomas pudieran estar contagiados, cuestión que se complica ante la ausencia de un test que en 5 horas les avise que dan negativo, o en su versión mas moderna en 15 min por el si o por el no, cuestiones completamente secundarias, porque si uno usa minimamente la capacidad de observación y discernimiento, no tienen muchas razones para evitarse, repito, después de estar compartiendo salivas desde hace tanto tiempo y de forma cotidiana, porque si lo tiene uno, lo tienen todos y probablemente desde hace semanas y para qué segregarse a esta altura y ante esa evidencia. ¿No les parece? 
Quizás lo dije muy complicado, a ver la versión fácil seria algo así: "si ayer le chupabas la boca a una persona, porque hoy te aísles de esa persona, no vas a evitar el contagio que ya sucedió", aislarte te tenes que aislar de personas con las que NO TUVISTE CONTACTO PREVIO.

Pero… cosas raras del gorra virus que parece que es muy contagioso también, como la ignorancia o la incapacidad de un pensamiento critico coherente, cosa que venimos viendo como se incrementa de tantas maneras desde hace mas de una década y parece haber llegado a su máxima expresión en este escenario. 
Es ahora la policía la que despliega la represión física y sexual con ayuda de los medios de desinformación, ya en forma punitiva y carcelaria, ademas del despliegue de acoso moral al que nos tienen acostumbrados las religiones y algunos movimientos que se convencen de ser "revolucionarios" aunque para lo único que sirven es para profundizar los conflictos. 
Lo han logrado. Aceptamos el absurdo porque nos amenazan con denunciarnos de cosas imaginarias, bajo argumentos tirados de los pelos. 
¿Les recuerda a algo que haya estado pasando últimamente? A mi si. 

De todas maneras, yo estoy de acuerdo con el aislamiento social preventivo obligatorio y hace casi una semana no me veo con nadie, pero la estupidez me molesta, no puedo evitarlo. 
Ya antes venia con una cuarentena suave viéndome con la gente que me veía cotidianamente, intercambiando salivas por supuesto y manteniendo distancias poco recomendables según los expertos del mundo en infectologia. Y me siento algo idiota por cortar el contacto los últimos días, pero trato de hacer lo que se pide, que tampoco me cuesta tanto. 

Hasta hoy, claro, que me quede sin agua y se me había amontonado la ropa sucia, porque también lavo ropa en el mismo lugar donde saco el agua filtrada. 

Así que acomode de apoco todo en una gran mochila, y de los nervios se me cayo y se rompió una botella, tuve que sacar los pedazos de vidrios rotos, y volver a guardar todo. Me odie un poco al darme cuenta mi estado emocional.

Me pare en la puerta de casa un buen rato. Mientras agarraba el barbijo y no sabia si ponérmelo. Mi pensamiento es el siguiente: Si en un colectivo se sube alguien infectado y deja el virus, supongamos, en el marco de una ventana al escupir, o en el apoya mano al estornudar o decir enfáticamente alguna palabra, el viento entrando por las ventanas y puertas, podría hacer llegar el virus hasta mi. 

Estaba nervioso y dudaba, no quería que en el barrio piensen que yo estaba infectado, no quisiera vivir mas segregación de la que estoy acostumbrado. 
Me cruce a la parada que esta justo enfrente de mi casa, y el colectivo apareció mágicamente doblando para agarrar la avenida a tres cuadras de distancia de donde yo me encontraba. 
Al subir salude como siempre y me reí por dentro porque el chofer iba envuelto en plásticos prácticamente, algo rudimentario pero… 3er mundo. 
Hablaba con una mujer que parecía conocerlo y dos paradas mas adelante se subió otra que parecía una enfermera que venia de una clínica por el color de la ropa y por la parada en la que subió que queda a dos cuadras de una clínica, justamente. 
Empezaron a charlar fuerte. Unas paradas mas adelante se subía un pibe, que se vino hasta atrás a unos asientos de distancia de mi, yo hablaba por wsp con un amigo y le mostraba el desierto que se volvió el barrio por las ventanillas del bondi. Algo me llamo la atención del pibe y me di vuelta, para ver que sacaba de su billetera varias cosas. Volví a lo mio y ahí fue que un olor me perturbo la frente. Alergia. Mi peor miedo se hacia presente, no quería estornudar. Pensé que quizás era el olor a lavandina, o tal vez algo que tuviera el pibe que acababa de subir, como odio los perfumes!, pensé, pero no sentía ninguno de su lado. Se me llenaron los ojos de lagrimas, y creí que se me soltaba el primer estornudo, pero se freno el reflejo. Faltaban pocas cuadras, y otra vez el impulso del estornudo que pude dominar bastante bien pero que parecía ser inevitable. ¿Y si es el virus y mi cuerpo se esta defendiendo? Pensé. Debería soltar el estornudo. 
Ya me bajaba así que aguante un poco mas victima de este miedo irracional. 
Agarre mis cosas y me acerque a la puerta del medio alejándome del pibe que era una de las posibilidades de mi alergia y me calme un poco, pero ahora el olor a lavandina que era mas fuerte en esa zona, me estaba molestando y me incitaba el reflejo al estornudo. 
Son los nervios me dije, calmate. 

- Parada Chofer – Dije en vos alta, mientras dudaba si tocar o no el timbre.

El tipo me mira por el espejo retrovisor, y me dice: no escuche el timbre, perdona, a ver proba tocar de nuevo.

- No, jaja, no toque, es que… por el virus. – Le respondí mientras me sonreía como un idiota.

Abrió la puerta y me baje, e instantáneamente desapareció el deseo de estornudar.
Mal momento para tener una galletita atravesada, para tener alguna alergia en un colectivo saturado de olor a lavandina o cruzarse con alguien bañado en perfume, o tener algún resfrío de cambio de clima, o sufrir algún episodio psicosomatico o de nervios. 
Mal momento también, para no tener un peso partido a la mitad, vivir en una casa donde el agua escasea, o la alacena casi vacía por que uno vive al día y apenas aguanta un par de días mas, con mucha suerte cuatro según los cálculos que había hecho.

Camine despacio, mientras miraba a la gente que, no se porqué, todos tienen la misma expresión en la cara, quizás ante las situaciones ridículas de vecinos asomados a los balcones gritándoles a los transeúntes que son asesinos y que se queden en sus casas aunque les urgiera abastecerse. Es una expresión como pidiendo perdón

“perdón por asesinarlos, solo necesitaba ir a comprar algo al supermercado”.

Y yo pienso, tranqui boludos, no se preocupen por mi, mientras miro con una leve sonrisa, ustedes ya están muertos desde hace mucho de todas formas y yo lo tengo muy claro.






Ejercicio de Liberación Maravillosa
Rodrigo Emanuel Borrul


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